A lo lejos se levanta una gran polvareda, anuncios espectaculares y carteles llamativos inundan nuestras calles. Los periódicos, la radio y la televisión nos tunden todo el tiempo anunciando "las buenas nuevas"... El gran circo ya llegó, y esta temporada es un circo de tres pistas con tres poderosos contendientes que se esforzaran por ganar el codiciado trofeo "El amo del circo 2012"
Toda una parafernalia de vehículos, séquitos, simpatizantes, la prensa y hasta algunos curiosos se aprestan para no perderse ningún detalle de este singular evento.
"¡¡Acerquense gente bonita!! ¡¡Vengan!! ¡¡Pasen, pasen y apoyen a suuu faaavoooriiitoooo!!" -Vocifera muy animado el misterioso hombre de los zancos-
En la pista de la izquierda tenemos a André, el hombre más fuerte de...¿Su ciudad natal?
André es un hombre de edad avanzada, su cabello blanco y las arrugas de su rostro denotan su cansancio y el desgaste de vivir tantos años en esta profesión.
André, que en sus años mozos fue de lo más radical e intransigente, ahora ha suavizado su rudeza al paso del tiempo y en la etapa final de su carrera ya no es el aquel rebelde que arengaba al publico a exigir un espectáculo más decente y más honesto. Ahora incluso sonríe, lo que nunca antes había hecho, lanza besos a las gradas, agradece el aplauso y también la critica, Se acabó el hombre rudo, perdió su vigor a cambio de ganar experiencia.
En la pista del lado derecho, tenemos a Chepina la trapecista. Hay que reconocerle su valor, no es muy común ver a una mujer en estos retos. Para llegar hasta esta instancia, Chepina, literalmente tuvo que luchar entre lobos y corderos, salteó todo tipo de obstáculos para llegar aquí y ahora en la antesala de su actuación acusa su falta de experiencia: En sus ensayos sus movimientos son planos, aveces erráticos y cae muchas veces a la red que la protege de una caída fatal, sin embargo Chepina se aferra con todas sus fuerzas al trapecio, toma impulso -no se sabe bien de donde- y se lanza en busca de llegar a la otra orilla.
Para todos, es una incógnita lo que puede ofrecer esta audaz e inexperta trapecista.
En la pista del centro -la estelar por su ubicación- tenemos a el mago Quique, quien es el favorito sentimental de los magnates del pueblo y goza la influencia de su apoyo, no obstante, Quique es un mago en toda la extensión de la palabra, graduado con honores de la academia más antigua de magos es buen ilusionista que posee la asombrosa capacidad de lograr maravillosas ilusiones opticas, además de ser también un fabuloso hipnotista.
La gente comenta que es bien parecido, que es como un galán de telenovela. Algunas mujeres le gritan que lo quieren como esposo y algunos hombres sueñan, se imaginan ser como el por un momento: Juventud, gracia y poder al mismo tiempo. El embrujo del canto de la sirena que lleva a muchos a aceptar el cambio del espejo por el oro.
Quique sonríe y saluda a todos con un aire de realeza -algo común en este lugar- luego, toma su lugar en la pista y comienza a preparar sus mejores trucos para convencer al espectador y con ello ganar la contienda.
A pesar de esta vorágine visual y auditiva, no todos compran el boleto para la función, con suerte la ocupación sera aproximadamente de un 60%, el resto de la gente no asistirá por falta de interés, por malas experiencias en el pasado o porque tienen la impresión de que siempre es el mismo show no importando quien gane.
Los ancianos de esta comunidad aun recuerdan gratamente a Don Lazaro y a Don Adolfo, con una franca sonrisa confiesan -¡¡Esos si sabían como organizar y dirigir la orquesta!! ¡¡Esos si eran profesionales!! ¡¡Todos estábamos bien contentos!! Eran otros tiempos. La gente no olvida tan dignas presentaciones.
¿Y que paso después? -Pregunto-
-Nooo!! pues nadie ha podido ofrecer algo tan bueno- Me responden y agregan:
-Nos acordamos muy tristemente de Don Gustavo, Don Luis y Don José, La gente salio de la función gritando que fuen un abuso, una estafa.
-¿Te acuerdas de Don Miguel, Don Carlos y Don Ernesto?- Se pregunta uno al otro-
-Si, y todavía me da mucha muina, No hubo nada, mucho ruido y pocas nueces. Todos sentimos que fue un fraude, un robo. Aunque con Don Ernesto terminó el dominio que tuvo su familia por generaciones en el circo.
-Después vendría otra familia que tuvo la oportunidad, pero que tampoco cumplió cabalmente con ofrecer un espectáculo de primer nivel. -¿Don Vicente y Don Felipe? -Les pregunto-
-¡¡Si, esos meros!!, usted ya los debe conocer, el primero fue un fiasco, una perdida de tiempo y el segundo, bueno... esa es una verdadera historia de terror.
-De estos tres contendientes ¿Quien gana este año? -Pregunto-
-Esta difícil atinarle, vaya usted a saber si hay mano negra, golpes bajos o arreglos por debajo del agua. ¡Ya se ha visto! - Me responden-
-¿Y si alguien del pueblo tiene la capacidad y desea competir?-Intento generar otro punto de vista-
-Va a estar muy difícil por las reglas de la competencia que privilegian a las familias de los cirqueros, ningún otro mortal puede entrar a su circulo de manera inmediata, a menos claro, que demuestren tener su sangre, o sea, deben ser como ellos.-Me responden con un dejo de resignación.
"¡¡Acerquense gente bonita!! ¡¡Vengan!! ¡¡Pasen, pasen y apoyen a suuu faaavoooriiitoooo!!" -no para de gritar el hombre de los zancos- La gente se arremolina en torno a la entrada, reciben diversos obsequios promocionales: Playeras, bolsas de mandado, juguetes, despensas y todo aquello que pueda comprar el apoyo de la gente para alguno de los tres contendientes.
Es una pena que este pueblo tenga que conformase con lo que les ofrecen y que deban de resignarse a lo que hay. Las grandes enseñanzas de sus monumentales maestros, los curas Don Miguel y Don José María; del abogado Don Benito; de los generales Pancho y Emiliano; de sus profesores Belisario, Octavio, Fuentes y muchos más, van quedando en el olvido, se van diluyendo de la memoria colectiva, se van arrasados por la vorágine, la polvareda y los espectaculares del circo que embelesan la mente, el cuerpo y también el espíritu.
Eso paso en verdad?
ResponderEliminarDeberías incluir el ya tan famoso grito de los que anuncian el circo "vengan, el circo va estar hasta su maaaaaaaaa.....áxima capacidad"
Últimamente, se esta perdiendo la tradición de ir al circo por que los dueños en su afan de ganar más dinero crean más carpas con 1 ó 2 actos buenos y rellenando de actos chafas, forzando a los animales a hacer actos artriesgados y sin chiste, que decir de los payasos, raro es el circo que trae payasos buenos; en la dulcería precios minímos de $30.00 por producto y en el intermedio los mismos "artistas" venden los productos típicos del circo, fotografías con los animales minímo $50.00, etc. etc.
Es totalmente correcto Aleza, Los primeros circos fueron los mejores. ¡¡Que espectaculos tan dignos ofrecian!! Lo mejor de esos tiempos les tocó vivir a nuestros abuelos.
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