El amor en días de estremecimientos se percibe como un lenguaje mudo de aproximación. Es un deseo sincero de intentar profundizar en un pozo; encontrar el tesoro; Sincronizar las pupilas que compenetran a dos seres...Existe el amor en un abrir y cerrar de ojos.
El amor en días de estremecimientos es un lenguaje de cálida pronunciación. se palpa como una caricia en el alma; Consuela malestares y es un bálsamo que calma. Existe el amor en el abecedario y en el sonido de las palabras.
El amor en días de estremecimientos es valentía. Las catástrofes y las amenazas de guerra se desvanecen o se vuelven menos crueles si antes de pensar en mi, primero pienso en ti.
El amor es empatía, compasión y solidaridad.
El amor se mezcla con el café, con la distancia y con el rodar de las llantas.
El amor es visible en la neblina tempranera y en la repentina caída de cenizas del volcán.
El amor se encuentra en el cansancio, en una larga expectativa y en la letra de una lenta canción.
El amor es tangible en la llanura y en la balanza desequilibrada...El amor habita en donde debe de habitar.
El amor está presente en la luna llena de octubre y en cualquier parque bajo las sombras de sus árboles.
El amor se encuentra en el rayo y en el trueno...en la gran nube gris que amenaza con llorar.
El amor ronda en el aire y se pulveriza con la lluvia, luego se vuelve río para regresar al mar...Y así se repite el ciclo de la vida en los días de estremecimientos, porque sin el amor, sería imposible el poder subsistir.
No hay comentarios:
Publicar un comentario