Nahomi y Michelle:
Probablemente en estos tiempos ya se habrán dado cuenta de cuan imposible era que existiera una casa hecha de dulces y chocolates -perdida en un bosque encantado-.
Seguramente desafiarán a la historia y cuestionarán el hecho de que existan los bosques encantados, las hadas madrinas y los príncipes valientes.
En la medida en la que ustedes van creciendo, pudiera suceder que lo fantástico les parezca que carece de lógica, sin embargo, puedo asegurarles que lo extraordinario existe: Tantas veces escaparon del lobo, tantas veces desenterraron las espadas de las piedras, y tantas veces encontrarán el camino de vuelta a casa gracias a las migajas de pan que van dejando en su trayectoria.
Hormigas y cigarras que hablan... bellas y bestias viviendo en armonía...Justicieros eternamente perseguidos... doncellas subestimadas que -invariablemente- logran encontrar su recompensa. Todo ello forma la anatomía de nuestras leyendas personales. Transfiguramos los personajes y adaptamos los guiones construyendo nuestra propia historia.
La investidura de princesa precede a la de reina. Cada etapa tiene su silogismo, mas en ninguna de las dos se pierde jamás el encanto y el estilo.
Cada fase tiene su dificultad, pero lo primordial es mantener el entusiasmo de un niño; Creer sin temor en que todo es posible y en que no existen los límites.
Así que, Nahomi y Michelle, cuando ustedes eran pequeñas, yo las llevaba de la mano; las cargaba sobre mis hombros -si era necesario- y les mostraba el camino a seguir. Ustedes aceptaban todo de manera diligente porque sabían que jugaríamos con lodo, que nos aventaríamos vestidos a la alberca, que exploraríamos las rutas que no están trazadas en los parques, y que por las noches les contaría esos cuentos fantásticos de desenlaces felices.
Conforme han ido creciendo, lentamente se han ido soltando de mis manos; lo cual es normal: Esa es una ley de vida.
Conforme han ido creciendo, lentamente se han ido soltando de mis manos; lo cual es normal: Esa es una ley de vida.
Nos hemos acostumbrado a que no se puede ser niño para siempre. Nos vamos acoplando a la tensión, rudeza y ambición de la edad adulta. Poco a poco vamos olvidando la inteligencia, la sencillez y la felicidad genuina que tiene el niño.
La evolución es indispensable, pero no podemos dejar atrás ese espíritu y esa fortaleza del niño que todos fuimos; eso nos ubica, nos libera la presión y nos hace más ligero el viaje. Dejar de lado el miedo al ridículo y a las críticas no nos hace vulnerables, solo nos hace ser auténticos.
Entonces, Nahomi y Michelle, Solamente les pediría que no olviden la piedra angular de donde todos venimos y nos hizo ser lo que ahora somos. No olviden leer por las noches -antes de dormir- un buen libro de aventuras. No olviden al perrito "Tintán" ni al gatito "Mantequilla". Actúen para que prevalezca el ratón de los dientes, los deseos al apagar las velas del pastel, y la oración a su Ángel de la Guarda.
La evolución es indispensable, pero no podemos dejar atrás ese espíritu y esa fortaleza del niño que todos fuimos; eso nos ubica, nos libera la presión y nos hace más ligero el viaje. Dejar de lado el miedo al ridículo y a las críticas no nos hace vulnerables, solo nos hace ser auténticos.
Entonces, Nahomi y Michelle, Solamente les pediría que no olviden la piedra angular de donde todos venimos y nos hizo ser lo que ahora somos. No olviden leer por las noches -antes de dormir- un buen libro de aventuras. No olviden al perrito "Tintán" ni al gatito "Mantequilla". Actúen para que prevalezca el ratón de los dientes, los deseos al apagar las velas del pastel, y la oración a su Ángel de la Guarda.
No se resignen a lo intrascendente ni a la rutina. Sigan entrenando su imaginación, y consideren que todo es posible. Mantengan la rebeldía ante lo cotidiano. La bandera de sublevación sólo se debe de izar con los pies bien plantados en el suelo; de no ser así, el grito de libertad pasará a ser una triste anécdota, fragilidad y desconsuelo.
Siempre carguen en su equipaje: Gratitud, serenidad y humildad. Son las llaves que les abrirán muchas puertas.
Son las causalidades -y no las casualidades- el origen de nuestras proezas. Zarpen y gestionen pues con mucho entusiasmo e imaginación que sus naves lleguen seguras a mil puertos. Suelten los amarres, eleven el ancla y concreten sus sueños...Que a donde sea que ustedes vayan, constantemente existirán esos lugares comunes en los que coincidiremos, y ante todo lo posible e imposible, estén seguras de que yo estaré ahí, frecuentemente a su lado.
Muy bonito un gusto leerle saludos.
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