martes, 15 de septiembre de 2009

Chismes, difamaciones y murmuraciones.

Es muy interesante...

Una cosa es la realidad donde no hay vuelta de hoja, es legal; pero otra cosa es la difamacion donde ¿¿Quihubole, que paso??

Todos hemos sido victimas de las personas que gustan de murmurar a nuestras espaldas. distorsionan o sobredimensionan los hechos reales o infundados.
Inventan cuentos chinos, los esparcen; nos atribuyen defectos o acciones que no hemos cometido; justificando de esa manera su gris, amargada y pobre existencia.

De manera vil, el chismoso y el mentiroso anhelan la honra y la felicidad de las personas que consideran mejores que ellos mismos.
Normalmente desatan su lengua viperina sobre personas que poseen meritos sobresalientes, mujeres bonitas, inteligentes, hombres de valia, profesionales exitosos, gente con virtudes y talentos; personas a las cuales tienen algo que envidiarles.

Cuando el chisme y la murmuracion llega a oidos de quienes conocen al calumniado, quiza no den credito a la informacion, pero en el fondo siempre les quedara la duda: ¿¡Y si fuera verdad lo que dicen de fulano!?
"Si la calumnia no mata o hiere, por lo menos si deja señal y tizne" Lo dijo sabiamente el padre Mariano. Algunos chismes y mentiras sobrepasan el tiempo y perduran aun despues de muerto el difamado, como ha ocurrido con las grandes personalidades que son mas conocidos por las murmuraciones de que fueron victimas, que por los hechos reales de sus obras.

El escritor Carlos Monsivais tiene mucha razon en su frase "Los canibales no son los unicos antropofagos; tambien las demas personas se devoran unas a otras."

Supongo que el mayor defecto de un chismoso, es que el mismo suponga que no tiene ningun defecto. El se complace en tratar de descubrir o inventar los defectos de los demas y nunca se detendra ante un espejo para juzgarse, encontrarse o inventarse algo en contra. hacia los demas siempre vera moros con tranchetes y mirara la paja en el ojo ajeno, mas nunca sera capaz de ver la viga que tiene atravesada en sus propios ojos.

Como sea, es interesante y aveces ridiculo o divertido. lo unico que hay que hacer, es dejarlo pasar, sin derecho de replica ni audiencias para defenderse, aclarar o justificarse a si mismo. despues de todo, nunca valdra la pena perder el tiempo en ello.

La gente ruin, inescrupulosa y sin conciencia siempre ha practicado, practica y practicara sin descanso sus dos deportes favoritos: La envidia que les corroe por conviccion y el chisme que tanto les satisface como consuelo y compensacion.

¡Salud y sean felices!

lunes, 7 de septiembre de 2009

Como el ave Fenix.

La leyenda del ave Fenix relata la historia de un ave que es capaz de renacer de sus cenizas. Es un simbolo universal de la muerte causada por el fuego, la resurreccion y la inmortalidad.

Adaptandola a las situaciones dificiles, se asemeja a las historias de personas que han vuelto a comenzar despues de severos tropiezos. Gente que se ha vuelto a levantar despues de grandes fracasos. Renacimientos y resurgimientos que parecian imposibles tras la debacle absoluta.

¿Es posible volver a empezar de cero siempre que lo necesitemos?
¿Una senda derrota puede ser el inicio de una nueva etapa?
¿Porque siempre sera necesario "morir" para posteriormente "renacer"?

Cuenta la leyenda que el Fénix, ave de plumaje parecido al águila real, de colores anaranjados brillantes y vuelo majestuoso, no podía reproducirse, ya que era único en su especie; sin embargo, tenía que asegurarse una descendencia: cuando sentía próxima la muerte, edificaba un nido de plantas aromáticas y de hierbas mágicas en cuyo centro se instalaba y le prendia fuego, tras haberlo incendiado, de sus cenizas renacía otro fénix que se apresuraba a llevar los restos de su padre a Heliópolis, donde se adoraba al dios Sol, cuya encarnación era el águila.

De igual manera sucede con nosotros los seres humanos. Cuando sentimos que los problemas nos agobian y acaban con nuestras vidas. cuando caimos abatidos por las tristezas y decepciones. y nos sentimos muertos en vida. Cuando estamos convencidos del fin inminente; Existe un instante justo cuando comienza nuestro resurgimiento, cuando en nuestra alma se enciende la chispa de salir adelante, cuando nuestro espiritu se enciende de ese fervor de no dejarse abatir. Luchamos sin descanso envueltos en llamas con el corazon por delante, con la fe puesta en que todo estara bien y al final del incendio, de entre nuestras cenizas resurgimos como nuevos, fortalecidos, diferentes; dispuestos a comenzar de nuevo, a afrontar en vida cualquier batalla.

Depende de nuestra capacidad para levantarnos, regresar y resurgir de nuestras cenizas el ser como esta ave, un simbolo de autonomia y eternidad.