Ojalá y ya existiera en estos tiempos modernos una pasta de dientes nuclear personalizada. y al decir nuclear personalizada me refiero a un dentífrico que además de crear una sensación duradera de frescura, que tenga la capacidad también de desintegrar los átomos de mi aversión al baile; dejándome una sensación duradera de bienestar con un buen sabor de boca. Sobretodo en un día como hoy que es día de fiesta - y noche de baile-; más de veinticuatro horas fuera de casa, en las que al término de la festividad necesitaré mantener un comprensivo ánimo acompañado de un buen sabor en mi paladar.
El baile es pasión, es alegría, es arte y es seducción; pero para mí -El Conde del Footloose- es una aduana muy difícil que hay que pasar cada vez que mi pareja desea bailar.
Desde siempre el baile me ha parecido una reminiscencia asombrosa que nos conecta mejor que nada con nuestros antepasados. El ver bailar a la familia y a los amigos me coloca justamente en el contexto de estar presenciando el único ritual primitivo de alegría y de comunión que nos une desde el inicio de la vida en la tierra (Y el cual seguramente prevalecerá en la humanidad hasta el final de los tiempos).
Nuestros ancestros danzaban solicitando la lluvia, luego danzaban para agradecer la lluvia, y posteriormente había una coreografía también para celebrar sus cosechas. Danzaban para festejar los nacimientos y danzaban para hacer honores en sus funerales. Danzaban para seducir a su pareja y danzaban aún más para atraer a la pareja de los otros. Danzar, danzar y danzar...Desde sus orígenes el baile ha tenido esa necesidad corporal de expresar algo social, religioso, mágico o amoroso. Igual funciona como un poderoso anti estrés natural.
Tiene ritmo el llaverito que se mece constante cuando conducimos el auto. Tiene armonía el vuelo de las aves.Tienen un compás las agujas del reloj. Tienen métrica los versos. Tiene una cadencia la conexión de los enamorados... Y yo solo tengo para el baile un par de pies izquierdos.
Mis piernas tienen la capacidad de correr medios maratones y tienen la bendición de jugar aceptablemente el fútbol. Puedo dibujar armoniosas "chilenas" en el aire, puedo "quebrar" con un movimiento de cintura a mis adversarios, igual puedo bailotear en el área chica, pero al momento de entrar a una pista de baile es muy probable que no pueda mantener el un, dos, tres...un, dos, tres... Y mejor ni hablar del giro hacia atrás con rodilla, de un cruce con vuelta de lado o la vuelta de líder con la mano izquierda.
Mi disco duro está lleno de Rock & Roll: Riffs de guitarras salvajes, fúricas baterías y bajos de octavas gravisimas que satisfacen mi agreste espacio sónico.
Con el Rock & Roll puedo ser un astronauta líquido y sólido en Saturno, un convoy imparable, el combustible del fuego; un envión interminable. Ese es mi ritmo.
Sabiendo de la importancia que representa el saber bailar bien, desde niño exploré algunas opciones coreográficas para afrontar un futuro inevitable de música guapachosa. Y así fue que -en esos años- estudié el estilo de baile dramático: ese estilo en el cual se debe mantener un rictus de dolor en el rostro, frunciendo el entrecejo y manteniendo una perfecta "o" en los labios (es muy importante añadir el sudar copiosamente). Los movimientos deben de ser espasmódicos y enérgicos.
Sabiendo de la importancia que representa el saber bailar bien, desde niño exploré algunas opciones coreográficas para afrontar un futuro inevitable de música guapachosa. Y así fue que -en esos años- estudié el estilo de baile dramático: ese estilo en el cual se debe mantener un rictus de dolor en el rostro, frunciendo el entrecejo y manteniendo una perfecta "o" en los labios (es muy importante añadir el sudar copiosamente). Los movimientos deben de ser espasmódicos y enérgicos.
Otro estilo que me interesó: El Churrigueresco; ese baile que opta por la mímica, que en cada vuelta se recrea una faena sin capote, sin espada y sin toro; que en su giros se conciben remolinos dignos del Demonio de Tazmania, y después de eso, uno puede subirse a una bicicleta invisible para ya no bajarse de ella.
Intenté con el estilo anárquico (Lograr confundir a todos), el "mátalas bailando" (Cuello erguido con desdén en todo lo alto) El "Gilipollas" (Meter la pata una y otra vez) y "El espagueti pasado" (¡Me deshago, me deshago!).
La verdad es que ninguno de esos estilos me funcionó, porque nunca dejé de ser yo mismo.
Si al menos Bon Scott, Joey Ramone o Jim Morrison me hubieran dejado un legado acerca de cómo un icono del rock baila el merengue, la salsa o la cumbia sin reparo, ¡ahí yo habría encontrado mi genuino estilo de baile! mas como ello no fue posible; mis coreografías son más cercanas a esos pasos de vals de los Condes Dráculas de las primeras películas en blanco y negro: acartonados, repetitivos, con los hombros de soldado de plomo y los pies de playmobil... ¡Ese es mi estilo!, el estilo "Conde del Footloose"...
La verdad es que ninguno de esos estilos me funcionó, porque nunca dejé de ser yo mismo.
Si al menos Bon Scott, Joey Ramone o Jim Morrison me hubieran dejado un legado acerca de cómo un icono del rock baila el merengue, la salsa o la cumbia sin reparo, ¡ahí yo habría encontrado mi genuino estilo de baile! mas como ello no fue posible; mis coreografías son más cercanas a esos pasos de vals de los Condes Dráculas de las primeras películas en blanco y negro: acartonados, repetitivos, con los hombros de soldado de plomo y los pies de playmobil... ¡Ese es mi estilo!, el estilo "Conde del Footloose"...
Prácticamente estoy terminando de cepillarme los dientes -con un dentífrico normal- mientras mi esposa ya coloca en su bolso otro par de zapatos más cómodos para bailar. Me miro en el espejo con seguridad y trato de convencerme de que soy bueno para esto del baile. ¡Debo de dar mi mejor esfuerzo! No hay nada que perder. No hay ningún desperdicio cuando se intentan las cosas con la mejor actitud.
Nos encaminamos hacia el auto, estamos listos para salir. La emoción de mi esposa es diez veces superior a la mía...¡Debe quererme tanto!
Lo menos que puedo hacer esta noche es no claudicar... quizá improvisar con un movimiento de pelvis tipo Elvis...Tal vez intentar algo diferente sin que resulte catastrófico ...igual imaginar que harían en mi lugar Bon, Joey y Jim...igual tomarlo como lo que es: Un poderoso anti estrés natural y un asombroso ritual de comunión que nos unirá con alegría sin igual hasta el final de los tiempos.
Lo menos que puedo hacer esta noche es no claudicar... quizá improvisar con un movimiento de pelvis tipo Elvis...Tal vez intentar algo diferente sin que resulte catastrófico ...igual imaginar que harían en mi lugar Bon, Joey y Jim...igual tomarlo como lo que es: Un poderoso anti estrés natural y un asombroso ritual de comunión que nos unirá con alegría sin igual hasta el final de los tiempos.