sábado, 14 de noviembre de 2009
Abundancia.
Sonrío...despierto. Abro los ojos... la vida es un sueño...
Respiro, me incorporo. Abro la ventana, y para ese momento el sol ya cae a plomo llenando de luz cualquier rincón de la habitación o incluso también de mi alma.
Las mejores cosas de la vida son gratis, se pueden compartir y están disponibles en todo momento...siempre y cuando estemos dispuestos a ello.
Un beso de nuestra madre, un abrazo de nuestro padre, convivir con nuestros hermanos, las carcajadas de nuestros hijos, un "te amo" de la persona amada.
Una oración por nosotros de parte de un amigo, una actitud amable del desconocido, la tregua de nuestros enemigos.
El color de las Bugambilias, el perfume de las rosas, la inmensidad del cielo azul...
El rugido del mar...el titilar de las estrellas, las caras de la luna, el aire fresco del atardecer...
La esperanza, el buen humor, la tranquilidad y también la paz...
Si. lo se, ya me lo habían dicho. me he vuelto loco, bobo, cursi o como quieran llamarlo, sin embargo, en mi proceso de madurez luego de un año sabático, creo aproximarme a la cima de algunas revelaciones que poco a poco comienzo a asimilar:
No necesitamos acumular títulos, campeonatos o riquezas para ser felices. la dicha y el placer de vivir radica en el viaje, en el camino que hacemos para llegar a ello. ¡Eso es realmente lo valioso y satisfactorio mas allá de los resultados!
Nuestra felicidad tampoco puede depender de las personas. Las relaciones humanas siempre serán buenas, malas y regulares. No podemos tener control sobre ello. Hay una fuerza superior que rige nuestro universo y que sabe el porque de las cosas. La riqueza espiritual se forja con el trato hacia la gente y la experiencia que ello nos deja.
Desear bienes materiales no es malo, es dañino cuando se convierte en capricho: "Necesito un guardarropa nuevo para estar a la altura del vecino" "Debemos cambiar de auto para no ser los patitos feos" "Tenemos que dar la fiesta mas grande, con elefantes y camellos incluidos para que todos vean que fregones somos y lo bien que nos va económicamente"
En nuestra sociedad consumista ¿Cuando a la palabra más le ponemos un freno?
En el camino de la realización personal y profesional creo que sucede lo mismo: "Ahora no tengo tiempo ni para mi familia, el trabajo me absorbe" "No comí porque tenia mucho trabajo" "Estoy estresado, ya no aguanto este trabajo" " "Si fuera millonario seria feliz"
¿Trabajamos para vivir o vivimos para trabajar?
No, no he fumado o ingerido nada antes o después de escribir. Simplemente cuando decides bajarte del autobús que circula en la autopista de alta velocidad, puedes apreciar algunas cosas importantes que omitiste antes de emprender el viaje:
Todo lo que buscabas afanosamente ya lo tenias ganado desde un principio.
No necesitas buscar mucho si deseas encontrar la riqueza. Cuando abandonas tus apegos a lo que te sujetas, te das cuenta al girar, que la fortuna todo el tiempo estuvo en ti y siempre fue tu morada.
Mi vista se aparta de la ventana... nuevamente sonrío. Aprovecho este momento de abundancia y tranquilidad mientras puedo.
En nuestra situación humana, el vacío, el mal humor y la ansiedad suelen ser emociones muy contagiosas.
Suscribirse a:
Entradas (Atom)